es un hecho constante
y tan siquiera nos lleva
allá o a ninguna parte.
Utilizamos el instinto,
lo que no es corrupto.
Queremos allá al final llegar
con una estela que dejar.
Y de esta estela nacerán cosas,
proyectos, figuras azarosas,
que con amor y cariño
cultivarán la mente de un niño
en base a consejos y sabiduría
nos juntaremos todos en esa ría.
La ría de las almas,
de todos y de nadie mas,
formadas por el camino de muchos
y la adaptación de susodichos.
El camino es pedregoso,
con polvo y muchos cadáveres,
de aquellos que se quedaron
sin terminar sus frases.
Y vivir es un continuo sufrimiento,
no por el azar ni por el viento
sino por la contraposición a la felicidad
y el sentido a lo neutro.
Deberíamos adaptarnos,
usar la intuición y creernos humanos
como todo aquel ser vivo
que nosotros mitificamos.
Utilizamos la experiencia,
para encender la mecha de la ciencia
de la probabilidad asimisma,
patrones de la rima.
Entonces ¿ porqué no adaptarse?
Seguir el curso de la vida, superarse,
y no quedarnos solos
sin terminar nuestra frase.
Muy triste sería
trabajar por nuestra utopía
cada día
en una tierra fría
inerte mientras buscaría
el fin de lo que se mentía
en esta hipocresía.
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