Cuando rimo creo cosas,
de mi instinto, azarosas,
que sólo quieren llenar
un corazón al azar.
Me creo buena persona,
con sentido en la zona.
Creo en el buen criterio,
el de los útiles en lo mero.
Las mareas no pararán
aquellos que por allá irán,
se crearán ríos de agua
todo para sintetizar
lo que se hizo en la fragua.
En la forja de la bondad
donde los buenos actos se riman
se forman grandes colinas
de estelas de luz y resina.
Los árboles soportan
lo que los insensatos destrozan
con buen corazón y buena fe
hay que cambiarlos por el bien.
Sé que es algo difícil,
algo concienciador
pero con esfuerzo y fe
perderá su pútrido olor.
Y todo a su tiempo llegará,
el mal dejará a sus anchas acampar
con esfuerzo y educación
crearemos un mundo sin perdición.
Uno entre muchos,
un mundo único,
un mundo de tierra, árboles y seres
un mundo en el que creyeres.
Pero éstos se tienen que adaptar
para encontrar su obvio lugar,
un sitio donde vivir
y un lugar donde morir.
Por ello no hay que destruir
aquello que con selección natural se creó,
sino ayudar a construir
un mundo para todos vivir.
Vivir en paz y harmonía,
cuando el curso de la vida
siga su preciada vía
al sendero sin fin de la partida.